DIRIGIR UNA PYME
La subida de precios y costos que está ocurriendo desde hace meses, tiene diversas implicaciones tanto en el ámbito empresarial como en las familias, y lo importante será las decisiones que tomemos para transformar esta amenaza en una fortaleza.
La situación actual, ciñéndonos al contexto de una compañía, requiere determinación y permitirá evaluar la calidad del trabajo directivo en circunstancias delicadas: es todo un reto.
La subida de precios y costos: causas
En primer lugar, en el caso de las empresas, conviene diferenciar el «aumento de precios» y de «costos», que no es lo mismo.
Lo primero es incrementar el importe de la venta, y que se producirá por una política comercial, por maximizar el beneficio o porque no hay más remedio ante la presión inflacionista (como ocurre ahora).
Por aumento de costos entenderemos la subida de importes de los bienes y servicios que adquirimos para producir, a su vez, lo que pondremos en venta. Se produce porque nuestros proveedores aumentan precios (por alguno de los motivos citados).
En definitiva es una cadena (o no), por unas causas u otras justificadas o no, relacionadas o no. Es decir, la inflación puede ser inducida o producida.
El gas sube porque los países gasistas así lo han decidido: prima lo geo-estratégico y/o lo económico; por eso cuesta 3-4 veces más. Lo mismo ocurre con el petróleo.
Hay decisiones políticas en materia eléctrica, como ha ocurrido en España, que desencadenan una reacción de precios al alza (aunque hay también otras causas ajenas).
El cambio climático también influye, como elemento transversal, lo mismo que la subida de las materias primas y el transporte (colapso en las cadenas de suministros, inducido por la Covid).
Pero, ojo, determinados alimentos y sus materias primas empezaron a subir con anterioridad: por la fiebre porcina en China hace 3-4 años, aranceles que impusieron algunos países (movimientos proteccionistas), etc. Y, la simple y clara especulación.
Algunos datos (incrementos)
El IPC ha subido hasta el 6,5 % en diciembre (variación anual respecto 2020 según el INE), el incremento más alto desde mayo del 92. La media de 2021 ha sido el 3,08 %. Los salarios, menos.
Materias primas, a nivel global (2021 según la FAO): cereales +27 %, maíz + 44 %, trigo +31 %.
Productos alimenticios (media del +5 %, INE): aceite > 26 %, carne ovino > 20 % (6,5 % la de ave), fruta el 9 %, legumbres un 8 %, pescado > 6 %.
La electricidad se ha encarecido cerca del 40 % (promedio anual), con aumentos > 60 % en los últimos meses del año). La vivienda, un +22,3 %.
Es decir, la tendencia es de elevada y creciente inflación conforme pasan los meses. De reducción, de momento, nada de nada y sí subida de precios y costos.
Repercusiones
A nivel macro, se avecinan cambios en la política monetaria (retirada de estímulos y aumento de tipos de interés, con el riesgo que supone ahora), puede continuar la incertidumbre (el FMI avisa que la evolución es incierta), y se acentuarán las diferencias competitivas entre países.
Impacto en la empresa (en especial las pymes): caída de beneficios y/o aumento de precios de venta (o ambos a la vez), perdida de competitividad en muchas entidades, etc.
En las familias, si baja la capacidad adquisitiva habrá menos gasto y la economía en general se resentirá. En 2021 la cesta de la compra ha aumentado > 20 %, reduciéndose por tanto la riqueza de la mayoría de las familias y su capacidad de ahorro, sin que el ciudadano de a pie pueda hacer mucho.
En mi opinión, el contexto inflacionista que vivimos va a durar más de lo que algunos creían, incluso puede convertirse en estructural en España si, p.ej., lo salarios suben al ritmo del IPC y no esté compensado con mejoras la productividad.
Lo dejo aquí. En el siguiente post (semana próxima) abordaré las decisiones empresariales que podrían adoptarse y pondré algunos ejemplos, al respecto
Saludos cordiales a todas y todos.
