HACER LO CORRECTO (EN 2024)

Hacer lo correcto parece una obviedad, pero no lo es tanto en estos tiempos convulsos; y quiero que este primer artículo de 2024 esté dedicado a resaltar su importancia, y que sea un aliciente para afrontar el nuevo año.

Hacer lo correcto equivaldría, en términos prácticos, a ser honestos y tener claro «el norte», a sentirse bien con uno mismo, pudiendo mirarse al espejo y reconocerse como una persona íntegra y fiable. Es la base de todo.

Cada año (desde hace muchos) suelo escribir un post proponiendo objetivos concretos para el nuevo ejercicio; pero en este he preferido cambiar, porque me parece especialmente importante ahora tratar un tema de fondo.

¿Por qué? Porque vivimos tiempos convulsos dominados por la confusión, también en valores e ideales, lo cual afecta a muchas personas (no a todas, afortunadamente).

Parece que el mundo que creíamos conocer o está cambiando muy deprisa, sin rumbo, o hay grupos de presión que pretenden imponer sus planteamientos. Iremos viendo.

Y, los empresarios tienen la ventaja de ver las cosas con mayor lucidez e imparcialidad que la media, y ¡no digamos respecto los políticos (¡esos ínclitos seres humanos!).

Esa clarividencia del empresario (y el directivo) es una manifestación de tener la cabeza bien amueblada, y disponer de principios sólidos y rectitud moral y ética, que posiblemente han mamado de sus padres.

Son características básicas de su perfil y que, en estos momentos, debería usarse y ser aprovechada para iluminar y transmitir claridad y criterio, demostrando qué es correcto o no.

Es una responsabilidad y misión esencial en términos de RSC.

La sociedad ha dado mucho (no gratis) a los empresarios. Quizás algunos talentos hay que devolverlos con creces, influyendo positivamente en lo que nos rodea.

¿Cómo podremos ser un faro con la sociedad? En primer lugar, y sobre todo, mostrando lo que significa hacer lo que se debe, siendo éticamente irreprochables y demostrando que sí puede basarse el trabajo, y el quehacer humano, en valores y principios.

Dicho proceder lleva también implícito el alzar la voz cuando sea preciso para, precisamente, defender lo correcto en los distintos ámbitos donde nos movamos, porque no todo vale.

Lógicamente, en nuestro día a día tendremos muchas oportunidades de hacer lo correcto en el ámbito profesional (además de en lo social). Me refiero tanto a «trabajar bien» como actuar correctamente con los que tenemos más próximos, empleados y colaboradores.

Y, también, en dicho contexto, algo que no tiene una importancia menor: cumplir las normas, los acuerdos, los convenios, los reglamentos.

Ser empresario no es una profesión cualquiera y lleva implícito (o debería) un plus: el liderazgo bien entendido, sobre todo en pymes.

Y, hoy, en mi modesto entender, ese plus implica reconocer y asumir que debemos ayudar a que se haga en la sociedad lo correcto, y ser ejemplares al respecto.

La ejemplaridad, ingrediente esencial del liderazgo,  es más importante en las pymes porque dependen más de sus líderes y su buen hacer.

Por supuesto hay que ganar dinero, por supuesto hay que triunfar, por supuesto hay que destacar, pero serán sólo resultados efímeros si no nos mueve hacer, en cada momento, lo correcto.

Trasladar, al mundo que nos rodea, esa forma de proceder, es una muestra de inteligencia y compromiso, demostrando que nuestro pequeño microcosmos es secundario.

Y, además, mostraremos de qué va el auténtico liderazgo, y cómo los empresarios tiran del carro de verdad.

Hacer lo correcto: este es mi deseo para el nuevo año (y siempre).

Saludos cordiales a todas y todos.

@dirigirunapyme

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