DIRIGIR UNA PYME
El vino Alaya Tierra es un tinto realmente sabroso de la D.O. Almansa, zona vinícola menos conocida que otras, más famosas, pero que está «pegando fuerte» gracias a bodegas como la que elabora este vino: Atalaya.
Anteriormente nos habíamos referido a dicho productor al comentar La Atalaya del Camino, uno de sus productos más conocidos. Recordemos que lleva el sello de la Familia Gil (originarios de Jumilla, Murcia).
En Twitter ya había hablado de este vino, pero de forma somera. Ahora amplio detalles (lo tenía en cartera, con otros que irán apareciendo).
Alaya Tierra en su añada de 2019, la aquí comentada, es un caldo potente (15,5º) elaborado con garnacha tintorera, y que destaca por su aroma e intenso sabor. Todo ello le confiere una personalidad propia y diferenciada, cuyo resultado es una gratísima experiencia.
Para saborearlo hay que catarlo con calma: así iremos apreciando, sorbo a sorbo, su capacidad envolvente y largo final.
No destaca por su color (apagado) y sí por los aromas frutales. Parece dulzón pero no: es un vino concentrado, lógico por su bajo rendimiento por hectárea (inferior a 2.000 kg).
Ha tenido una crianza de unos 15 meses en barricas de roble.
Servir a 16 grados, previa aireación (1 a 1,5 horas).
El maridaje es amplio: pasta condimentada, arroz con pollo, guisos de cuñara, todo tipo de carnes, quesos, etc.
Parker le concedió 92 puntos y poco me parece (el mundo de los gurús es insondable).
La añada 2019 podía comprarse por unos 22 a 23 euros. La siguiente, 2020, ya está en el mercado.
Una observación: estos vinos requieren, en mi opinión, 1 – 2 años de reposo antes de consumirlos. Por tanto si adquirís 2020, aunque ya pueda beberse, mejorará mucho si esperáis a 2023 (como mínimo).
Hasta aquí el vino Alaya Tierra.
Y, recuerdo que en esta sección comento vinos que me gustan especialmente por su personalidad, especificidad y/o RCP, y todos con un común denominador: tienen un sabor y características que dejan huella «en el recuerdo etéreo».
Saludos cordiales a todas y todos, y -como siempre- bebamos con moderación (compatible con el placer).
